
"Tras una visita inspiradora, con un poco de buen tiempo yo me iría a pasear a la playa de Carnota o al Monte Pindo, pero nuestra siguiente parada artesana tampoco está muy lejos: nos adentramos en Dumbría y su cascada del Ézaro.
Allí, prácticamente a los pies de la cascada y al lado de la oficina de turismo se encuentran unas pequeñas tiendas en donde (en temporada) encontrarás a Lucita de Encaixes Lucita. Una artesana palilleira que no sólo trabaja el singular arte del encaje de bolillos tradicional de Costa da Morte, en el que ha recibido distintos premios y distinciones, sino que además le encanta transmitir las tradiciones y folclore local.
Se ve que le caímos bien, que hasta nos vistió de «gallegos» (el look de gaitero con sandalias es tremendo, la próxima vez me llevo mi propio «dengue«) y nos hizo una demostración de cómo se elaboran estos encajes mientras nos contaba la historia de la artesanía del encaje en su familia..."